The drop — Gladkazuka

José Gallardo A
5 min readMar 28, 2021

The drop e.p

Gladkazuka

Sello: Cómeme

Año: 2019

¿Cuál es la diferencia sustancial entre un live electronic y un disco? ¿Donde podemos establecer el punto limítrofe entre los materiales sonoro/musicales necesarios para armar ambos? ¿qué tanto de la respuesta del público influye en la creación por el artista? más si tenemos en cuenta que el disfrute de la música electrónica es un proceso mucho más subjetivo, mediado por el baile individual, la democracia que impone la pista de baile, unido al aspecto ritual del mismo, que ya grandes escritores como Reynolds han hecho notar; estos son los interrogantes que me causa la más reciente publicación de Gladkazuka aka Gregorio Gómez, fundador de Panorama, Series Media y actualmente The Desdemonas.

Gregorio es un músico electrónico que tiene un oficio memorable, desde espacios underground y de nicho en su ciudad natal (Medellín) pasando por giras europeas, escenarios de fiesta, concierto y festivales de mediana y gran alcance a nivel internacional; ha participado en diversos proyectos como productor (fantasma si se quiere) acompañando un proceso de gestación, instrumentación y reproducción de la música electrónica en nuestro país, junto a José Santamaría, Daniel Gomez, Mauricio Ramirez y Alejandro Vélez crea el primer netlabel dedicado a la música electrónica, experimental y electroacústica en el ámbito nacional, el cual da cuenta no solo de la producción de los aquí mencionados, sino también de exponentes que actualmente están dando mucho de qué hablar, entre ellos Lucrecia Dalt, Series se volvió una plataforma de intercambio, co-creación, fiesta, que inspiró varios procesos que actualmente existen, para bien o para mal es el punto de referencia en la electrónica nacional actual.

Dicho esto, me remitiré a la experiencia de escuchar The drop, un disco para muchos esperado y anhelado, no sólo por conocer el trabajo de cerca de Gregorio, sino porque llevaba mucho tiempo realizando lives sin publicar un disco u ep de su completa autoría y producción. La primera impresión que me generó este disco es la de una mímesis muy fuerte a nivel de influencias, esa que no te deja sentir más allá del referente, fue una pequeña lucha por no tratar de tararear a New Order, Soda stereo, incluso Big Audio Dynamite, esto sumado a recordar un espacio que fue casi de culto en Medellín: el famoso Italodisco, espacio religioso inspirado en los alcances logrados en la escena de Manchester, retratados en la famosa (creo más en Medellín, específicamente en el parque del poblado y sus alrededores) 24 hours party people; The drop en su primera escuchar, pareciera una homenaje a esas noches, conversaciones y amigos de ese grupo. Luego de darle otras 3, 4, 5 hasta 10 escuchas en diferentes situaciones, espacios y lugares comencé a notar detalles específicos que me hacían reflexionar en lo difícil que debe ser para de tocar en vivo, respirar de dicho material y producirlo para el track.

En esta dirección, hay ciertos elementos que no se pueden perder del panorama en términos de producción musical, sobre todo en este tipo de música, que se encuentra en un punto intermedio entre la escucha casual, sensual, causal incluso y la pista de baile. El primero es la recurrencia entre varios tracks del disco al fade out, como fin de la canción, este recurso no siempre es el mejor amigo de una canción, más si es electrónica, sugiere un poco de facilismo o que el autor no fue capaz de lograr una mejor terminación para su canción.

Naturalia abre el disco con un ostinato entre batería electrónica, en el caso de Gladkazuka, siempre vamos a encontrar un cuidado muy específico en los colores que usa en su set, buscando esa sonoridad particular de las máquinas de ritmo Tr de Roland, los sintetizadores Korg, Roland, Jupiter, una paleta tímbrica que remite a una época específica de nuestra historia electrónica, el referente se expone sonoramente, entonces ¿por qué no abandonarlo a nivel musical? ¿por qué no buscar hacer fills, diferentes a los que usualmente tenemos en dichas drum machines? ¿se debe ser tan ortodoxo con algo que ni siquiera uno llegó a vivir de primera mano? ¿dónde queda el componente de Gladkazuka, más allá del ejercicio de estilo?

Flancing en este track sentimos la cita a la secuencia de arpegiador de Blue Monday, casi como un cover u homenaje, las variaciones son melódicas, o de glissando, brevemente aparece una sección B, donde la secuencia armónica se distancia del referente antes mencionado, pero no se desarrolla esta idea, la cual podría hacer que el tema pierda su conexión puntual con dicha música de época; hay una pequeña melodía que se toca en un pad, la cual está muy al fondo de toda la secuencia y sería interesante se resaltará, pero este no es el caso, pareciera que el ejercicio es disponer capas una encima de otra y no jugar un poco más con ellas.

The Drop llega en la mitad del ep, sugiriendo un poco de espacio de reflexión, bajando un poco el bpm en que venía la secuencia del disco, el discurso cae más en una introspección melódico armónica, donde la batería podría incluso desaparecer, pues su constante repetición no aporta mucho a la canción, incluso entorpece la conducción de voces entre bajo y tenor, en este caso representados por dos pads, los cuales luego dan pie a un par de campanas, cercanas a la sonoridad de la síntesis Fm, este tema podría ser la versión no beat del disco, pero Gómez, prefirió dejar esto para el final.

Al ser un disco que tiene su versión en vinilo, su organización fue pensada de dicha manera, por eso El coral da inicio al lado b, un tema más trabajado, con más intensidad armónica, melodías cortas pero bien unidas al groove generado entre bajo, bombo y caja, en algunas ocasiones con intromisiones de fills, que son resaltados con reverbs, delays cortos, y ecos, resaltando su conocimiento adquirido con el live set, el coral logra una mejor dirección, momentos de tensión, silencio, pregunta, distensión, y logra cerrar sin necesidad de un fade out.

Doblan es una canción ya conocida en el repertorio de Gladkazuka, su ambiente es bastante llamativo a nivel armónico, su construcción como canción le da una fuerza interesante al disco, aunque también no hace esperar más material donde se escuche la voz de su autor, se sugiere tener más cuidado con la afinación de la voz, la cual no es muy precisa y es escondida con la reverb y el eco. De su versión no beat, no hay mucho que agregar, pues la verdad es eso, la canción sin beats. El texto pareciera remitir a un espacio más oscuro, tal vez la influencia del new wave en latinoamérica, pero la figura retórica se hace pobre, haciendo el texto casi que algo olvidable, y enfocando al escucha a las variaciones que presenta en el material, básicamente en la parte rítmica de la pieza.

Kaliman aka José Gallardo A, publicado en Socorro.

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