Animal Blanco — Pueblo Futuros.

José Gallardo A
5 min readApr 20, 2021

20 de abril, segundo año del obstáculo a la oralidad (2021)

Pueblos futuros

Animal Blanco

Discos Cabeza

2021

Como los libros, los discos tienen tiempos diferentes para consumirse y hacerse, construirse y dejarse, darle guardar en el spotipopis o bajar de onda.Cuando digo que hay tiempos para escuchar se que suena obvio, o mejor, se lee obvio, pero la verdad es que es muy diferente escuchar a Silvio Rodriguez cantar sobre su jean sucio preferido ahora que a los 13, cuando sus arpegios me sorprendían por encima de su molesto tono de voz.

Eso pasa con la canción de autor, un género que por el obstáculo a la oralidad, ha salido a resaltar en nuestros medios masivos de comunicación que terminan siendo una sola empresa: facebook. Dicha mi cantaleta medial, sugiero entonces escuchar este disco de Andrés Gualdron, grabado por Eblis Álvarez en los newton estudios, o estudios Isaac Newton, no en una venue, ni en un record studio, en una terraza/zarzal, muy bonito y con buenos oídos, se grabaron las nueve canciones que terminaron en este disco.

Gualdrón y sus pueblos futuros, publicados por los duros de Discos Cabeza, un par de sujetes que logran sacar a relucir lo mejorcito de nuestro terruño de cantantes desafinados, furiosos, con algo que decir, no es un sello de titktokers con ukuleles tocando tonadas más que prestadas, robadas, y mal robadas. Este disco es un momento donde se pueden recoger múltiples historias de la vida del autor, y que por x o y motivo, ha reunido en un solo disco, tratando de darle un hilo coherente, además de ser cada una de las piezas, una demostración musical de una pregunta dialéctica, poética o retórica, para esto procedo al análisis crítico:

1. terror: una pieza donde se puede sentir a leguas el tres por cuatro por derecho por cruzado y por desviao, es decir una suerte de bambuco con algo del paseo llanero, y con muchos quintillos, esa figura que el maestro Posada enseñaba con su nombre An-dres-Po-Sa-Da hay les da los cinco golpes decía, osea chachos…jeje (la última sección es mejor si han conocido a Andres y saben como habla)

2. Amapola: una balada romántica dedicada a esta bella flor, que nos ha metido a los colombianos en un solo paquete de problemas: el narco. A parte de esto, es un bella flor que no solo se usa para producir opioides que llegan a la USA y tiene más consumidores que nuestra coca de alta calidad, se dice que la Amapola tiene poderes curativos, ancestrales, por el mareo …si no me creen, escuchen a Gualdrón y su bella tonada.

3. Tiranosaurio Rex: este viene siendo como el unicornio azul de Silvio Rodriguez, una especie de metarrelato sobre la historia de la humanidad, pasado por un reptil que escupe fuego (más parecido a Godzilla que a la realidad) en la ciudad. El cual además es vegano, y le encanta hablar del jurásico, y de las necesidades físicas que nos hacen los seres inconformes que destruyen ciudades, más fácil que este enorme t Rex.

4. Carcaj de Flechas blancas: esta canción se conecta con terror y la habilidad que tienen ciertos cantores colombianos para mezclar con gran habilidad la influencia de Luis Alberto Spinetta, las síncopas y contra síncopas que se encuentran en la música campesina colombiana, y en algunos, el amor por la disonancia natural que puede producir el mover una posición de guitarra solo un traste, ese truco creo queda muy bien explicado en los estudios para guitarra de Leo Brouwer, algunos de esos los tomo prestados el mismo Silvio del jean sucio perdido.

5. Viento del viento: es una guabina triste y llena de nostalgia, un claro homenaje al mar, el pasar el tiempo viajando, sin un lugar fijo, dejándose ir por la vida, cuando todo el tiempo nos exigen tener control sobre ella.

6. Suerte y Muerte: este tema también tiene el quintillo que se puede recitar así: se-ren-di-pi-ti, sobre me -di- je- ron- no; un homenaje a los rechazados por los programas académicos/endémicos de música y composición del mundo, una tesis demostrativa de que la música/sonido no tiene unas reglas específicas de creación o perfiles creativos, eso se lo dejamos a los emprendedores, que tal vez creen saber de eso, como de muchas otras bolas de humo. La música se defiende sonando, no en finale, o pdf, o en series dodecafónicas chirriadas de ron y guaro. Si no me creen, escuchen el clave bien temperado, una tesis demostrativa de un problema compositivo, escrita por un sujeto que solo hizo hasta 5 de primaria en la escuela, pero leyó más libros que Lutero.

7. Iká: los discos también suelen tener correspondencias, en este caso esta canción parece corresponder con Amapola, solo que tiene un par de elementos nuevos, tal vez por el poder positivista de la letra, al fondo se escucha lo que fácilmente podría ser un cuerno lleno de agua cayendo sobre la madera, con un poco de delay, un elemento paisajístico interesante para el disco, no se que tan preciso con el objeto de la canción. El otro elemento nuevo, es el uso del sintetizador u organeta, haciendo un breve solo tipo Spinetta/Aznar, y un poco de juegos espaciales para terminar, tal vez ese es el objeto final de esta canción, despejar la mente.

8. Templo del Indio Amazónico: un breve homenaje a ese bello lugar reconocido por los que usamos skype como herramienta principal de comunicación antes de la pandemia. Un lugar de iluminación, de talismanes, de chamaneria y chabacaneria, de colombianismo, sin eufemismo, un machera diría algune, yo digo que buena canción, que buena elisión poética inspirada en un volante o flyer como dicen ahora. En esta pieza se nota más la mano de Eblis, sobre todo con el moogfilter del final en la guitarra.

9. Señora de los valles de sal: otra elisión poética, está vez con mayor refinamiento del texto, una verdadera obra maestra de la canción de autor, posee elementos dinámicos muy bellos, cambios de texturas, cambios de ritmo, exploraciones de campanas sonoras en la guitarra, voz hablada, un popurrí de contemporaneidad.

Bueno, yo le había dicho a Andrés que lo iba a entrevistar, pero ya hay mucha gente que hace eso. Me disculpa Gualdrón, pero yo soy de la zona de confort.

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